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The Legend of Zelda Ocarina of Time 3DS: Un remake a la altura

No vamos a descubrir ahora el valor y la relevancia que ha tenido en la historia de los videojuegos el Zelda: Ocarina of Time. Apareció en 1998 y por su épica historia y  por crear un género y un estilo de aventuras/RPG en tres dimensiones que se sigue imitando hoy en día es considerado, si no el mejor, uno de los 3 mejores juegos jamás aparecidos en una consola.

Tras diversos ports para Gamecube o la consola virtual de Wii, se ha visto renacer y adaptarse con una verdadera revisión a su altura, por primera vez en una portátil y con efecto tridimensional. El resultado es que esta obra maestra se ha actualizado de forma magistral: se ha convertido en un juego imprescindible, hayas jugado al original o no.

La historia del Ocarina of Time es la de la gran mayoría de los títulos de la saga: nos ponemos en la piel de Link, y con la ayuda de la princesa Zelda debemos salvar el mundo de Hyrule de las garras del villano Ganondorf. Estos tres personajes representan las 3 partes de la sagrada Trifuerza, a saber, Valor, Sabiduría y Poder.

Pero la narrativa de esta entrega – y que se mantiene en este juego, como el 99% del original – tiene algo que la hace especial. Y es que gracias a 2 objetos, la Ocarina del Tiempo y la Espada Maestra, deberemos viajar en el tiempo y recorrer mazmorras y templos para poder lograr nuestro objetivo de una manera única. Y un tono épico a la altura de una un gran título literario desde el principio hasta el final.

Como ya hemos comentado, el primero innovó creando el concepto de centrar a un rival pulsando Z para atacarle. En este la jugabilidad vuelve a ser un gran triunfo ya que usa las dos pantallas para hacer las partidas mucho más fluidas, sin tener que pulsar Start con demasiada frecuencia como acostumbrábamos.

Aquí el trabajo a alabar viene de exprimir las dos pantallas a la perfección. Por un lado,reserva enteramente la superior, con el 3D y giroscópica, para mostrar toda la acción.Y por el otro, usa la inferior, táctil, para todo lo que anteriormente debíamos parar el juego: mostrar el mapa, usar los objetos, gestionar equipo, tocar la propia ocarina…

El aspecto gráfico es digno de aplauso. Nadie podrá probarlo y decir que se trata de un juego del año 98. Respetando todas y cada uno de los personajes y lugares, ha habido un enorme lavado de cara, redefiniendo texturas, eliminando polígonos, jugando con la iluminación, y en definitiva, dejar un aspecto final como nunca antes se había visto en una portátil de Nintendo.

Pero claro, si aparece para 3DS algo debía de notarse. Nos encontramos ante el mejor efecto 3D que hemos visto, y que, por ejemplo, se encuentra a años luz de lo que aparecía en la demo que mostró Nintendo. Y el giroscopio, aunque no era necesario, es útil a la hora de apuntar con el tirachinas o el arco y le da un toque curioso.

El juego no es exactamente idéntico al del 98. Se ha incorporado un interesantísimo sistema de pistas voluntario con las llamadas Piedras Sheik. Hay 2 en todo el juego, y si accedemos a ellas nos darán sugerencias, en forma de un vídeo de poquísimos segundos algo confusos pero con una pista para resolver un determinado puzzle o conseguir un objeto.

Su uso es totalmente prescindible, no demasiado evidente y hasta algo engorroso: tenemos que salir de la mazmorra en que nos hayamos quedado colgados para verla, lo que da pereza. Pero parece una idea para dar pistas perfecta: los jugadores novatos se pueden beneficiar de ella, pero no les garantiza resolver nada; mientras que los veteranos pueden omitirlas si no quieren rebajar su orgullo.

Este añadido parece pensado para los rookies. Para los veteranos, tras completar el juego aparece un nuevo Master Quest, la misma aventura con una dificultad sensiblemente superior a la que ya de por si tiene,y con el mapa invertido. Y si no tenemos suficiente – completar este Master Quest es un reto mayúsculo hasta para el más hardcore – hay un modo de Batallas contra los Jefes muy interesante.

La banda sonora ha sido remasterizada, pero se vuelven a respetar todas las melodías del original. Y hay que alabar a Nintendo porque, por un tiempo limitado, al registrar el juego por Internet nos ofrece enviarnos un disco con esta obra magna de Koji Kondo de forma gratuita a nuestras casas.

La duración de la aventura dejará satisfechos a cualquiera. Al menos nos tomará 15 horas, incluso si ya lo hemos completado antes, 25 como poco si es la primera vez que nos enfrentamos a ella. Eso si queremos completarla al mínimo, al 100 % no menos de 40. Y ya ni hablamos del Master Quest…

Conclusiones

Como ya hemos dicho, nos encontramos ante un auténtico vendeconsolas, uno de esos juegos que un verdadero gamer no se puede perder. Si ya hemos completado el original, disfrutarlo con el 3D, de forma portátil y con el añadido del reto del nuevo Master Quest es una experencia a realizar. Y si nunca la hemos catado, no hay una manera mejor que esta. Sobran los motivos.


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