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Ivy the Kiwi? Un plataformas de los que ya no se hacen

Envueltos en la guerra mediática entre consolas actual, en esa cruenta batalla a ver quién tiene los mejores gráficos, el mejor control o la mejor exclusiva, ya no se estilan juegos de plataformas como los de antaño. En los que, sencillamente, hay que mover a nuestro personaje de un extremo de la pantalla a otro evitando obstáculos.

Ivy the Kiwi?, que acaba de salir en diferentes versiones para Wii, DS, WiiWare y DsiWare, es un brote de aire fresco. Un plataformas muy vistoso, con un toque original, largo, y sobretodo adictivo. Y es que su creador es ni más ni menos que Yuji Naka, el padre de Sonic the Hedgedog.

Como en todo plataformas que se precie, la historia no es demasiado importante. El protagonista es un pequeño kiwi perdido, Ivy, que tiene que encontrar a su madre y, cual Marco en la mítica serie de dibujos, recorrerá bosques y montañas y para reunirse con ella.

La primera novedad, algo poco común en los juegos de plataformas, es que no manejamos directamente a Ivy. Nuestro querido kiwi se mueve solo, en línea recta, sin pensar en los peligros. Seremos nosotros los que le construyamos un camino para evitar obstáculos y enemigos

Para marcar ese camino, trazaremos una raya, que se convertirá en una hiedra, apuntando a la pantalla con el Wiimote o pintando una línea en la DS. Trazaremos una “carretera” de hiedra sobre unos pinchos, la usaremos de paraguas ante gotas venenosas, hacemos varias consecutivas en diagonal para crear escaleras…

El juego está muy bien trabajado. Ivy, salvo que le “encerremos” entre dos hiedras, no para quieto, y habrá que indicarle el camino a toda velocidad. Solo podremos hacer 4 trazos de hierba seguidos: al hacer el 5º, desaparecerá el primero. En niveles avanzados, podremos tensar la hiedra, y si somos capaces de mantener al kiwi en la liana, dispararle cual flecha, más o menos, para acabar con los enemigos.

Las versiones para DS y Wiii tienen 100 niveles, dividos en 20 mundos de cinco fases cada una. Disponemos de 300 segundos para acabar cada una de ellas. Llegar a la meta no es muy difícil, pero conseguir las 10 plumas de cada nivel (opcional) es un enorme reto, incluso desde los primeros niveles.

Si bien el apartado sonoro no llama la atención, los gráficos son muy vistosos. Ivy, el escenario y los preciosos fondos parecen dibujados a mano con lápices de colores, lo que le dan un toque precioso y que nos hacen disfrutar del juego sin necesidar de meter 1080p

Aparte del modo historia normal, podremos revisitar los niveles que ya hemos jugado, principalmente para intentar coger algunas de las 10 plumas. También podremos ver las mejores puntuaciones: como todo buen plataformas, empezamos con 3 vidas, con cada 10 plumas nos darán otra, y al perderlas podremos seguir en el nivel en que estemos pero con la puntuación a 0.

Una de las mayores sorpresas del juego es la presencia de un modo multijugador. Hay un sistema cooperativo…pero lo que más mola es el competitivo. Hasta 4 jugadores pueden probarse para ver quién lleva primero su kiwi a la meta. La gracia es que podemos pintar rayas no solo en la pantalla de nuestro kiwi, sino también en la de los rivales.

Acabar el modo principal nos dará interesantes curiosidades. Aparte de un buen número de niveles de bonus, idénticos a los originales pero en versión espejo y más difíciles, desbloquearemos un traje para Ivy de lo más peculiar, que, para dar una pista, cambiará las plumas de los niveles por huesos.

Conclusiones

En resumen, Ivy the Kiwi? es uno de esos plataformas de los que no llaman la atención entre Medal of Honors y Call of Dutys. Sin embargo, merece la pena por lo adictivo que es y por unos gráficos y jugabilidad muy originales. Con el padre de Sonic como creador, no esperábamos otra cosa.

4 comentarios en “Ivy the Kiwi? Un plataformas de los que ya no se hacen”

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