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La réplica como halago

move
Wii Sports...digo PSports

Puede que alguno se llevara las manos a la cabeza tras ver el aspecto definitivo del PlayStation Move. ¡Es una burda copia del Wiimote! ¡Es vergonzoso! Los Sonyers, indignados, se quejarán pensando en que su consola será, como es para algunos de ellos la Wii, un juguete para niños. Los Nintenderos opinarán que si a la jugabilidad de la detección de movimiento le añades los gráficos de la PS3, pintan bastos para la Wii.

Pero dejando extremismos al margen, la cuestión de fondo es si resulta ético copiar una idea con éxito. Y la respuesta debe ser que sí, partiendo de la base de que consideramos al videojuego como arte. ¿Acaso nos llevamos las manos a la cabeza al repasar la influencia del Guernica de Picasso en la pintura moderna? ¿Es malo que modernos directores pretendan seguir el hilo narrativo que impuso Coppola en El Padrino? ¿Y que el Sgt.Pepper de los Beatles sea el modelo de cómo utilizar el estudio de grabación como un instrumento más?

Antes de nada, no conviene olvidar que no hay una empresa que haya sido la creadora y fundadora de todo el mundo videojuegil. Si Nintendo acusa a Sony de replicar el Wiimote con Move, estos argumentarán que la idea original parte del EyeToy de PS2. O si defienden que el mando de PSOne es una adaptación del de SNES, habría que recordar que Nintendo no inventó el pad de 4 botones. Siguiendo ese camino, llegaríamos a la conclusión de que los creadores del Tennis, el primer videojuego, podrían forrarse denunciando sistemáticamente a cualquier empresa actual de videojuegos.

Otro punto importante es que toda idea tiene una base en que apoyarse. No es posible concebir el Call of Duty actual sin pioneros del shooter como Doom, Wolfenstein o Half-Life. ¿Es por ello el Modern Warfare una copia en HD de ellos? En absoluto, se trata de evolución. El objetivo es intentar recoger todo lo bueno de la obra maestra original, y añadirle un elemento diferenciador e innovador que lo haga aún mejor. Si no hubiera un afán por progresar, seguiríamos viviendo en las cavernas

Lo que más debe importarnos es como afectan los movimientos de la industria a nosotros, los jugones. Y la verdad es que somos los principales beneficiados. A más competencia, más calidad es necesaria para llevarnos al huerto y que nos gastemos 60 euros en un disco metálico. En la guerra entre Nintendo, Sony y Microsoft, los ganadores debemos de ser nosotros. El más claro ejemplo lo ha dado Nintendo esta semana, anunciando la flamante Nintendo 3DS. No se han dormido en los laureles.

Desde el punto de vista de Nintendo, como indica el título del artículo, significa que está haciendo su trabajo muy bien. Una empresa solo intenta emular a su rival si sabe que la garantía de éxito que ello implica supera con creces un posible bajón en reputación. Quizás hubiera sido más valiente apostar por una vía más revolucionaria, como ha hecho Microsoft con Project Natal, pero esa es otra historia.

Como ya comentamos en “El camino a seguir” la apertura hacia un público casual no debe irritarnos a los jugadores tradicionales. La industria del videojuego debe ampliar sus horizontes, pues el modelo de negocio, como recogemos en Games Valley, está comenzando a cambiar. El formato del comercio digital, con la irrupción de Internet, el auge del mercado de segunda mano y el aumento del saber tecnológico del usuario medio han creado una situación nunca vista antes.

Pero para finalizar, se debe reiterar lo expuesto al principio. Si el videojuego es una expresión artística, lo es con todas las consecuencias. Al igual que hay música épica y ruido enlatado, hay videojuegos buenos y malos.  Si un estilo triunfa, no es ilícito sumarse a él. Y en el arte, como en la vida, una crisis de cambio de ciclo no es un drama sino una oportunidad.

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